Alicante, 11 de enero de 2016
Estimados asociados: Ante todo, queremos manifestar nuestro más sentido pésame a nuestra socia de número y de honor, la escultora Mati Zamorano, por el fallecimiento de su padre, a los 85 años de edad. Ayer mismo fue el funeral en el Tanatorio de San Juan.
Y ya, sin más, pasamos a felicitar a nuestro socio Juan Antonio Urbano Cardona por la publicación de “La Navidad de Don Quijote” en La Verdad el martes, 5 de enero.
LA NAVIDAD DE DON QUIJOTE
Narrador: En aquel lugar donde no existían ni el tiempo ni el espacio sucedió, como todos los años sucede, la hermosa proeza de la Navidad.
Habían llegado a un pueblo llamado Belén en plena noche invernal dos personajes de fama mundial: Don Quijote y Sancho Panza, gente muy especial.
Don Quijote: ¡Posadero, posadero! Abrid la puerta que hace frío y queremos entrar.Sancho: ¡Posadero, posadero! Preparad buenas viandas: buen queso manchego, buenas longanizas de León, buen vino de Rioja y de Extremadura el jamón.
Posadero: ¿Quién arma tanto alboroto?
Sancho: Es mi amo quien conmigo quiere entrar.
Posadero: ¿Ese hombre de triste figura tendrá dinero para pagar?
Don Quijote: ¡Abridme ya rufián! ¿Qué no me conocéis?
Posadero: Pues no ¿Qué queréis?
Don Quijote: Soy yo, el andante caballero Don Quijote de la Mancha. Y este es mi fiel escudero, Sancho Panza.
Posadero: Si es así, que sois caballero... podéis pasar. Vos y vuestro escudero. Que ya os daré de cenar.
Narrador: Y entraron en la posada Don Quijote y Sancho a cenar y a descansar de su largo viaje desde la Mancha de España hasta Belén de Judea para celebrar la Navidad.
Mientras tanto, en la calle, un grupo de pastores y pastoras, enterados de la buena noticia del nacimiento del Niño Jesús por un ángel, van buscando un pesebre, a José y a María, y al niño que ha nacido, gloria de sus días.
Pastores: Somos pastores, pastores y pastoras, que venimos esta noche a dar a Dios Niño gloria.
Otros pastores: Desde lejos caminamos, desde cerca también venimos, empujados por un ángel que nos indica el camino.
Narrador: Se oye a Sancho asomado a la ventana.
Sancho: ¿Quiénes sois villanos? ¿Qué jaleo es este? Despertaréis a mi señor Don Quijote.
Pastorcilla: No, buen amigo Sancho. No queremos molestar.
Sancho: ¿Cómo sabes mi nombre pastorcilla?
Pastorcilla: Es mi abuelo, quien me ha contado las hazañas y desventuras, a la orilla de la fogata, mientras descansaban los rebaños, del caballero de la triste figura, el señor Don Quijote de la Mancha.
Narrador: Se asoma también Don Quijote a la ventana para ver quién arma tanto alboroto.
Don Quijote: ¿Quién es, Sancho?
Pastores: Somos los pastores que venimos a adorar al Hijo del Altísimo que ha nacido ya.
Don Quijote: ¡Par diez, que es cierto! Que ya es la hora, ya. Debe haber nacido el Niño, pues ya es Navidad.
Sancho: ¿Y qué hacemos, mi amo?
Don Quijote: Vayamos con los pastores a ese hermoso niño a adorar.
Narrador: Y los pastores, Don Quijote y Sancho partieron en busca de la Navidad.
Pastores: (Cantando).Navidad, Navidad, dulce Navidad.
Pastorcilla: Aquí debe ser, donde está ese resplandor.
Pastores: Sí señor, sí señor. Viva la alegría, viva el amor.
Don Quijote: ¡Por mi señora Dulcinea del Toboso! ¡Cuánta hermosura hay en esta cueva... entre una gallina y una cabra...
Sancho: No, mi señor Don Quijote, no son gallina y cabra... sino buey y mula.
Don Quijote: Gallina o buey, ¿qué más da? Lo importante son esos dos ojos que quien los mira realza su dignidad.
Pastores: ¡Qué hermoso día! Un día para celebrar en la posteridad.
Otros pastores: Ahora sentémonos junto a esta Sagrada Familia a descansar.
Don Quijote: Y Sancho y yo saldremos a la puerta a vigilar. Haremos guardia para que no pase ni Herodes ni su maldad.
Narrador: Don Quijote y Sancho salieron bajo las estrellas. Montaron la guardia. Y Jesusito se durmió sabiendo que dos héroes velan su sueño, y que tranquilo puede descansar. Y de repente, se oye en la noche una voz de mando.
Don Quijote: ¡Alto! ¿Quién va?
Sancho: Santo y seña... o no pasará.
Narrador: Se acerca una figura en medio de la noche. Y como no quiso, o no supo contestar...
Don Quijote y su escudero Sancho se le acercaron para con la espada y el garrote golpear.
Herodes: ¡Alto! ¡Qué soy Herodes! ¡El rey!
Don Quijote: Bastante has dicho cara bicho, malandrín y rufián.
Sancho: Las barbas te vamos a arrancar, si no das media vuelta y te vas.
Herodes: Me iré. Pero pronto mis guardias aquí estarán.
Sancho: A mi amo eso no le da miedo, pues ha luchado hasta con molinos de viento, eso no le asustará.
Narrador: Como hacía ya bastante frío, nuestros héroes entraron para sus cuerpos calentar. Y una vez dentro, todos juntos se pusieron a cantar.
Todos: Navidad, Navidad, dulce Navidad...
Don Quijote: ¡Par diez Dulcinea! ¡Qué hermosa es la Navidad!
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