martes, 24 de enero de 2017

Felicitamos a nuestro socio Juan Antonio Urbano, por la publicación, en el Diario La Verdad, de Alicante, de su escrito titulado “Se acabó la Navidad”

Felicitamos a nuestro socio Juan Antonio Urbano, por la publicación, en el Diario La Verdad, de Alicante, de su escrito titulado “Se acabó la Navidad”, que reflejamos a continuación:

Se acabó la Navidad

Y 'ellos', desconocidos en el rincón de su miseria, recostados en la fría acera comparten con una sonrisa sus recuerdos, sus ilusiones y sus sueños.

JUAN ANTONIO URBANO

Las bombillas en sus guirnaldas cuelgan entre los edificios adornando de luz y color la ciudad. El trasiego de gente acompañado de tonadas de villancico de fondo viene y va. El ánimo alegre de los transeúntes llena de conversaciones animadas las calles, ríos amables que se entrelazan formando una red tupida de manantiales que se dejan llevar. ¡Es Navidad!

La iluminación de las ciudades, la vorágine de las compras, la poderosa llamada de los escaparates -ventanales que gritan para llamar a los posibles clientes-, impiden ver el brillo del estrellado azabache que se eleva infinito entre destellos de profundidad. ¡Es Navidad!, y como siempre, nos hemos quedado con lo superficial y con bonitas parrafadas de amor y de paz, de amistad y de entrega al prójimo, pegadizos versos que esparcen melifluos sentimientos que alimentan nuestra alma sólo en estos días, y que nos hacen brillar la conciencia de solidaridad, pero, nos adornan la piel cuando se deslizan al bajar. Mientras tanto, inundan las pantallas de los móviles y de los ordenadores esas frases preciosas acompañadas de dibujos tiernos de colorido llamativo y aderezadas con música para que nos llegue de forma más sutil y contundente, que casi sin reflexionar, como autómatas compartimos plagando las redes sociales de copias. Es una época del año propicia para el consumo -en eso se han convertido estas fechas-: ropa, juguetes, artículos de regalo... y sentimentalismo fatuo, vaporoso, efímero...

Frío, hace frío en esta dura acera. En esta acogedora acera fría y dura, hogar nocturno, confort de amistades, calor de una sonrisa compartida. Habitación de huéspedes donde se han creado esos lazos invisibles nacidos de la necesidad y la miseria de los desheredados que comparten cama en esa dura y fría acera bajo el techado de un soportal. Nada; sin nada; absolutamente nada. Llenos de ese sentimiento de amistad que te ofrecen las circunstancias. Y mientras comparten esa sonrisa se sienten desprotegidos y libres, necesitados de todo y llenos de nostalgias. Miran las luces de la ciudad navideña alejados, distantes... No visitarán tiendas ni contemplarán escaparates, porque los escaparates no tienen voz para ellos. Y dicen que Jesús nació para todos...


Mientras leo algunas de esas 'sabidurías' para afrontar el nuevo año, (para ser más humano y feliz, para llegar al equilibrio emocional, para buscar nuestro camino idóneo en el que conseguir nuestras metas con el pensamiento puesto en ellas y levantándonos cada mañana llenos del ánimo del espejo: «Espejito, cuanto valgo y cuanto me quiero...») , me llama Bernat Capó para invitarme al acto de inauguración del Centre d'Art Contemporani Salvador Soria y Biblioteca Municipal Bernat Capó de Benissa. Este edificio es el resultado de la recuperación de tres casas señoriales de finales del siglo XVI y que tras nueve años de espera y tres millones de euros se ha hecho por fin realidad.

No puedo negarme a la invitación de Bernat, y acepto muy honrado. Pero la realidad fue otra: el agua y la alerta naranja por lluvia y viento nos impiden hacer el viaje. Unos días después le llamo para excusarme y para felicitarle las Navidades y desearle un próspero Año Nuevo. Quedamos en que vaya próximamente para enseñarme el edificio y sus instalaciones antes de comer nuestra tradicional paella regada con Marina Alta a pocos metros del nuevo centro. El escritor y periodista irradia ilusión y contagia.

Pero... allí siguen recostados, tapados con una manta en medio de la ciudad; en ese recodo que hace que la vida, bajo la pequeña techumbre que soportan unos pilares, sea más dura. Allí, alejados del frenesí multicolor de los ríos de luces y compras, de la amalgama de caras desconocidas que se cruzan y pasean sin mirarse, como hormigas desconocidas que se cruzan en el mismo cauce. Y 'ellos', desconocidos en el rincón de su miseria, recostados en la fría acera comparten con una sonrisa sus recuerdos, sus ilusiones y sus sueños. Mientras hablan, en un viejo transistor de pilas, única propiedad de uno de los que habitan en ese hogar de camas de cartón, suena un villancico. Lo tararean con ese especial brillo navideño en los ojos y luego callan. Recuerdan su infancia y sonríen. Sí, es cierto que Jesús también nació para 'ellos'.

Se acabaron los días de Navidad. Todo vuelve a su curso normal.

Se acabaron las riadas de frases entrañables en Whatsapp y Facebook. Se olvidaron esos bonitos sentimientos resbalando por la superficie de nuestros cuerpos.

¡Hasta el año que viene, Navidad!

No hay comentarios: