Felicitamos a nuestro socio Juan Antonio Urbano, por la publicación, en el Diario La Verdad, de Alicante, de su escrito titulado “Se acabó la Navidad”, que reflejamos a continuación:
Se acabó la Navidad
Y 'ellos', desconocidos en el rincón de su miseria, recostados en la fría acera comparten con una sonrisa sus recuerdos, sus ilusiones y sus sueños.
JUAN ANTONIO URBANO
Las bombillas en sus guirnaldas cuelgan entre los edificios adornando de luz y color la ciudad. El trasiego de gente acompañado de tonadas de villancico de fondo viene y va. El ánimo alegre de los transeúntes llena de conversaciones animadas las calles, ríos amables que se entrelazan formando una red tupida de manantiales que se dejan llevar. ¡Es Navidad!
La iluminación de las ciudades, la vorágine de las compras, la poderosa llamada de los escaparates -ventanales que gritan para llamar a los posibles clientes-, impiden ver el brillo del estrellado azabache que se eleva infinito entre destellos de profundidad. ¡Es Navidad!, y como siempre, nos hemos quedado con lo superficial y con bonitas parrafadas de amor y de paz, de amistad y de entrega al prójimo, pegadizos versos que esparcen melifluos sentimientos que alimentan nuestra alma sólo en estos días, y que nos hacen brillar la conciencia de solidaridad, pero, nos adornan la piel cuando se deslizan al bajar. Mientras tanto, inundan las pantallas de los móviles y de los ordenadores esas frases preciosas acompañadas de dibujos tiernos de colorido llamativo y aderezadas con música para que nos llegue de forma más sutil y contundente, que casi sin reflexionar, como autómatas compartimos plagando las redes sociales de copias. Es una época del año propicia para el consumo -en eso se han convertido estas fechas-: ropa, juguetes, artículos de regalo... y sentimentalismo fatuo, vaporoso, efímero...
Frío, hace frío en esta dura acera. En esta acogedora acera fría y dura, hogar nocturno, confort de amistades, calor de una sonrisa compartida. Habitación de huéspedes donde se han creado esos lazos invisibles nacidos de la necesidad y la miseria de los desheredados que comparten cama en esa dura y fría acera bajo el techado de un soportal. Nada; sin nada; absolutamente nada. Llenos de ese sentimiento de amistad que te ofrecen las circunstancias. Y mientras comparten esa sonrisa se sienten desprotegidos y libres, necesitados de todo y llenos de nostalgias. Miran las luces de la ciudad navideña alejados, distantes... No visitarán tiendas ni contemplarán escaparates, porque los escaparates no tienen voz para ellos. Y dicen que Jesús nació para todos...
Mientras leo algunas de esas 'sabidurías' para afrontar el nuevo año, (para ser más humano y feliz, para llegar al equilibrio emocional, para buscar nuestro camino idóneo en el que conseguir nuestras metas con el pensamiento puesto en ellas y levantándonos cada mañana llenos del ánimo del espejo: «Espejito, cuanto valgo y cuanto me quiero...») , me llama Bernat Capó para invitarme al acto de inauguración del Centre d'Art Contemporani Salvador Soria y Biblioteca Municipal Bernat Capó de Benissa. Este edificio es el resultado de la recuperación de tres casas señoriales de finales del siglo XVI y que tras nueve años de espera y tres millones de euros se ha hecho por fin realidad.
No puedo negarme a la invitación de Bernat, y acepto muy honrado. Pero la realidad fue otra: el agua y la alerta naranja por lluvia y viento nos impiden hacer el viaje. Unos días después le llamo para excusarme y para felicitarle las Navidades y desearle un próspero Año Nuevo. Quedamos en que vaya próximamente para enseñarme el edificio y sus instalaciones antes de comer nuestra tradicional paella regada con Marina Alta a pocos metros del nuevo centro. El escritor y periodista irradia ilusión y contagia.
Pero... allí siguen recostados, tapados con una manta en medio de la ciudad; en ese recodo que hace que la vida, bajo la pequeña techumbre que soportan unos pilares, sea más dura. Allí, alejados del frenesí multicolor de los ríos de luces y compras, de la amalgama de caras desconocidas que se cruzan y pasean sin mirarse, como hormigas desconocidas que se cruzan en el mismo cauce. Y 'ellos', desconocidos en el rincón de su miseria, recostados en la fría acera comparten con una sonrisa sus recuerdos, sus ilusiones y sus sueños. Mientras hablan, en un viejo transistor de pilas, única propiedad de uno de los que habitan en ese hogar de camas de cartón, suena un villancico. Lo tararean con ese especial brillo navideño en los ojos y luego callan. Recuerdan su infancia y sonríen. Sí, es cierto que Jesús también nació para 'ellos'.
Se acabaron los días de Navidad. Todo vuelve a su curso normal.
Se acabaron las riadas de frases entrañables en Whatsapp y Facebook. Se olvidaron esos bonitos sentimientos resbalando por la superficie de nuestros cuerpos.
¡Hasta el año que viene, Navidad!
Mostrando entradas con la etiqueta La voz de Espejo. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta La voz de Espejo. Mostrar todas las entradas
martes, 24 de enero de 2017
lunes, 19 de diciembre de 2016
Felicitamos a nuestra socia Alicia V. Merino de la Cruz, por la publicación, en el Diario La Voz de Espejo, de su poema “Tarde otoñal”
Felicitamos a nuestra socia Alicia V. Merino de la Cruz, por la publicación, en el Diario La Verdad, de Alicante, de su poema titulado “Tarde otoñal”, el pasado jueves, 15 de diciembre que reflejamos a continuación:
lunes, 21 de noviembre de 2016
Felicitamos a Rocío Espinosa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su poema “Nubes otoñales”
Damos la enhorabuena a Rocío Espinosa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su poema “Nubes otoñales”, el domingo 20 de noviembre de 2016.
martes, 8 de noviembre de 2016
Felicitamos a Araceli Pérez Navas por su publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “A mi madre”
Damos la enhorabuena a Araceli Pérez Navas por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “A mi madre”, el sábado 5 de noviembre de 2016.
LA VOZ DE ESPEJO
A mi madre - ARACELI PÉREZ NAVAS
5 noviembre 2016
Mi madre fue una mujer querida por sus hijos, hermanos y sobrinos. Adorada por mi padre, su marido, estimada y respetada por cuantos la conocían. Fue la persona más hospitalaria que nadie pueda imaginar: sensible con los necesitados, dispuesta a prestar ayuda en cualquier momento. Recuerdo mi casa siempre ocupada por familiares, que venían desde Madrid o el pueblo, a pasar unos días junto al mar.
Podía hacer una completa historia de la vida de mi madre, con los episodios que le tocaron vivir y las gentes que le rodeaban. Pero en este relato comentaré sólo alguno de los casos que marcaron su vida, o que al menos le afectaron emocionalmente y que tienen un nexo en común.
En el pueblo en que nació y vivió, la mitad de su vida y en la época en que ocurrió el primer hecho, no había agua potable. El agua para beber y cocinar la traían del pozo de La Villa, distante del pueblo unos mil quinientos metros. Junto al pozo corría un riachuelo, 'La Anguilucha' en el cual, se lavaba la ropa y en ocasiones se tomaba un baño, este pequeño río desembocaba, a pocos metros en las caudalosas aguas del Tajo.
Pues bien, como decía el agua para consumo humano, se sacaba de aquel pozo, con un cubo o pozal, a pulso, tirando de una soga.
Esa mañana estaba mi madre con una amiga lavando en el río, mientras la ropa se secaba al sol, mi madre decidió lavarse la cabeza, dejando los pendientes, sobre el brocal del pozo. Los pendientes eran de oro con arracadas, los clásicos de la zona. Cuando fue a buscarlos, después de arreglarse el pelo, los pendientes no estaban. Preguntó a la compañera y comentó: «¿Qué puede haber pasado? Si los dejé aquí hace diez minutos». La compañera le contestó: «Habrán caído al pozo». Mi madre le contestó triste y decepcionada: «No entiendo que puedan haber caído si nadie los ha tirado, ni tan sólo el viento se mueve».
Mi madre nunca dejó de relacionarse con esta persona, los hijos e hijas de ambas familias fuimos y seguimos siendo grandes amigos. Pero mi madre siempre supo que sus pendientes no cayeron al pozo.
Aquella noche había cine en el pueblo. En los años 50 el pueblo no tenía un salón con cinematógrafo, éste era ambulante y lo traía un señor en su caballo, medio de transporte personal de la época.
Era una noche fría de invierno cuando la mayor de mis hermanas llegó a casa con sus dos inseparables amigas. Mi madre bordaba junto al hogar, acompañada de una vecina mientras yo jugaba en uno de los extremos de la estancia, medio incorporada en mi cama-cuna, adaptada para mantener mi pierna en alto, colgada en aquel artefacto con unas pesas que sólo me retiraban antes de dormir. Como decía antes de explicar todo esto, llegó mi hermana a buscar el dinero para ir al cine con sus amigas. Mi madre le mandó traer la cartera-monedero del baúl, que estaba en la habitación contigua. Mi madre le dio el dinero para el cine, que no costaría más allá de una peseta.
Las chicas se marcharon; mi madre y la vecina continuaron con sus bordados; entre tanto, yo me distraía con mis muñecas o leyendo cuentos en mi forzada quietud.
De pronto, se escuchó el llanto de mi hermano, un bebé de apenas un año. Mi madre se levantó y fue a buscarlo, trajo al niño le dio el pecho, lo tuvo unos minutos en el regazo, el niño se quedó dormido y lo llevó de nuevo a la cuna.
Mi madre regresó, siguieron con su labor y la charla, de pronto mi madre notó un olor raro, cómo a goma o cosa extraña quemándose en el fuego de leña; cogió las tenazas y al remover la lumbre vio con asombro que, lo que ardía en el centro, era su cartera, la sacó y abrió cómo pudo, quemándose las manos. En aquella cartera guardaba todo su capital. Cuando la abrió sólo se hallaron dentro las monedas, de los billetes no se encontró ni rastro, mi madre se quedó consternada.
La vecina, trató de convencerla, de que los billetes al ser de papel se habían quemado entre las brasas.
Mi madre siempre supo que aquel dinero no llegó a tocar el fuego, pero ella no acusaría a nadie de robarle si no lo había visto. Seguro que al levantarse de la silla con el niño dormido, le cayó la cartera al suelo, pero por la distancia que estaba del fuego nunca pudo caer a éste.
Mi madre tuvo un disgusto tremendo, los quince billetes de cinco pesetas que había podido ahorrar después de pagar la casa recién comprada, era todo el dinero del que disponía hasta la nueva cosecha.
En unos días tenían que llevarme al Hospital en Madrid, para una revisión médica y ese era el único dinero con el que se contaba en la casa, para el viaje y las medicinas, estas eran caras y no se podían adquirir fácilmente. Acababa de descubrirse la estreptomicina el antibiótico que salvó mi vida y la de muchos niños de la época.
Pero mi madre, en vez de acusar a esa persona de haberle robado, continuó la relación con ella y su familia, como si este hecho no hubiese ocurrido.
Jamás creó en nosotros rencor ni odio hacia las personas que le hicieron algún mal. Al comentar estos hechos, lo hacía con serenidad y al final, siempre nos decía: «Yo no tengo que juzgar a nadie, cada uno en su momento dará cuenta de sus faltas a Dios. Cómo yo de las mías». Estas fueron las enseñanzas de mi madre.
Viviendo en una zona rural, donde el deporte principal era quitarle la piel al primero que pasaba, mi madre no nos permitió nunca, ni el comentario, ni la murmuración. Y nos decía, «ninguno estamos libres» en esta casa, no se habla de nadie, si no es para bien.
Mi querida madre era una mujer sencilla y con buen corazón, pero de gran carácter, a quien agradezco todo lo bueno que de ella aprendí.
http://www.laverdad.es/alicante/culturas/201611/05/madre-20161105010341-v.html
- No siempre encuentro el texto del periódico.. espero que me perdonéis, mas quisiera poner el texto para poder leerlo y con el enlace del periódico, espero que lo entiendan!!
Gracias
Franchi
Secretario de EDA
LA VOZ DE ESPEJO
A mi madre - ARACELI PÉREZ NAVAS
5 noviembre 2016
Mi madre fue una mujer querida por sus hijos, hermanos y sobrinos. Adorada por mi padre, su marido, estimada y respetada por cuantos la conocían. Fue la persona más hospitalaria que nadie pueda imaginar: sensible con los necesitados, dispuesta a prestar ayuda en cualquier momento. Recuerdo mi casa siempre ocupada por familiares, que venían desde Madrid o el pueblo, a pasar unos días junto al mar.
Podía hacer una completa historia de la vida de mi madre, con los episodios que le tocaron vivir y las gentes que le rodeaban. Pero en este relato comentaré sólo alguno de los casos que marcaron su vida, o que al menos le afectaron emocionalmente y que tienen un nexo en común.
En el pueblo en que nació y vivió, la mitad de su vida y en la época en que ocurrió el primer hecho, no había agua potable. El agua para beber y cocinar la traían del pozo de La Villa, distante del pueblo unos mil quinientos metros. Junto al pozo corría un riachuelo, 'La Anguilucha' en el cual, se lavaba la ropa y en ocasiones se tomaba un baño, este pequeño río desembocaba, a pocos metros en las caudalosas aguas del Tajo.
Pues bien, como decía el agua para consumo humano, se sacaba de aquel pozo, con un cubo o pozal, a pulso, tirando de una soga.
Esa mañana estaba mi madre con una amiga lavando en el río, mientras la ropa se secaba al sol, mi madre decidió lavarse la cabeza, dejando los pendientes, sobre el brocal del pozo. Los pendientes eran de oro con arracadas, los clásicos de la zona. Cuando fue a buscarlos, después de arreglarse el pelo, los pendientes no estaban. Preguntó a la compañera y comentó: «¿Qué puede haber pasado? Si los dejé aquí hace diez minutos». La compañera le contestó: «Habrán caído al pozo». Mi madre le contestó triste y decepcionada: «No entiendo que puedan haber caído si nadie los ha tirado, ni tan sólo el viento se mueve».
Mi madre nunca dejó de relacionarse con esta persona, los hijos e hijas de ambas familias fuimos y seguimos siendo grandes amigos. Pero mi madre siempre supo que sus pendientes no cayeron al pozo.
Aquella noche había cine en el pueblo. En los años 50 el pueblo no tenía un salón con cinematógrafo, éste era ambulante y lo traía un señor en su caballo, medio de transporte personal de la época.
Era una noche fría de invierno cuando la mayor de mis hermanas llegó a casa con sus dos inseparables amigas. Mi madre bordaba junto al hogar, acompañada de una vecina mientras yo jugaba en uno de los extremos de la estancia, medio incorporada en mi cama-cuna, adaptada para mantener mi pierna en alto, colgada en aquel artefacto con unas pesas que sólo me retiraban antes de dormir. Como decía antes de explicar todo esto, llegó mi hermana a buscar el dinero para ir al cine con sus amigas. Mi madre le mandó traer la cartera-monedero del baúl, que estaba en la habitación contigua. Mi madre le dio el dinero para el cine, que no costaría más allá de una peseta.
Las chicas se marcharon; mi madre y la vecina continuaron con sus bordados; entre tanto, yo me distraía con mis muñecas o leyendo cuentos en mi forzada quietud.
De pronto, se escuchó el llanto de mi hermano, un bebé de apenas un año. Mi madre se levantó y fue a buscarlo, trajo al niño le dio el pecho, lo tuvo unos minutos en el regazo, el niño se quedó dormido y lo llevó de nuevo a la cuna.
Mi madre regresó, siguieron con su labor y la charla, de pronto mi madre notó un olor raro, cómo a goma o cosa extraña quemándose en el fuego de leña; cogió las tenazas y al remover la lumbre vio con asombro que, lo que ardía en el centro, era su cartera, la sacó y abrió cómo pudo, quemándose las manos. En aquella cartera guardaba todo su capital. Cuando la abrió sólo se hallaron dentro las monedas, de los billetes no se encontró ni rastro, mi madre se quedó consternada.
La vecina, trató de convencerla, de que los billetes al ser de papel se habían quemado entre las brasas.
Mi madre siempre supo que aquel dinero no llegó a tocar el fuego, pero ella no acusaría a nadie de robarle si no lo había visto. Seguro que al levantarse de la silla con el niño dormido, le cayó la cartera al suelo, pero por la distancia que estaba del fuego nunca pudo caer a éste.
Mi madre tuvo un disgusto tremendo, los quince billetes de cinco pesetas que había podido ahorrar después de pagar la casa recién comprada, era todo el dinero del que disponía hasta la nueva cosecha.
En unos días tenían que llevarme al Hospital en Madrid, para una revisión médica y ese era el único dinero con el que se contaba en la casa, para el viaje y las medicinas, estas eran caras y no se podían adquirir fácilmente. Acababa de descubrirse la estreptomicina el antibiótico que salvó mi vida y la de muchos niños de la época.
Pero mi madre, en vez de acusar a esa persona de haberle robado, continuó la relación con ella y su familia, como si este hecho no hubiese ocurrido.
Jamás creó en nosotros rencor ni odio hacia las personas que le hicieron algún mal. Al comentar estos hechos, lo hacía con serenidad y al final, siempre nos decía: «Yo no tengo que juzgar a nadie, cada uno en su momento dará cuenta de sus faltas a Dios. Cómo yo de las mías». Estas fueron las enseñanzas de mi madre.
Viviendo en una zona rural, donde el deporte principal era quitarle la piel al primero que pasaba, mi madre no nos permitió nunca, ni el comentario, ni la murmuración. Y nos decía, «ninguno estamos libres» en esta casa, no se habla de nadie, si no es para bien.
Mi querida madre era una mujer sencilla y con buen corazón, pero de gran carácter, a quien agradezco todo lo bueno que de ella aprendí.
http://www.laverdad.es/alicante/culturas/201611/05/madre-20161105010341-v.html
- No siempre encuentro el texto del periódico.. espero que me perdonéis, mas quisiera poner el texto para poder leerlo y con el enlace del periódico, espero que lo entiendan!!
Gracias
Franchi
Secretario de EDA
miércoles, 2 de noviembre de 2016
Felicitamos a María Jesús Ortega por la publicación en el diario La Verdad de Alicante por su artículo “Nuestros tiempos”
- Damos la enhorabuena a María Jesús Ortega por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Nuestros tiempos”, el sábado 29 de octubre de 2016.
martes, 25 de octubre de 2016
Felicitamos a Alicia Merino de la Cruz por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El final del verano”
Damos la enhorabuena a Alicia Merino de la Cruz por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El final del verano”, el jueves 20 de octubre de 2016.
lunes, 17 de octubre de 2016
Felicitamos a Juan Antonio Urbano por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “A Bernat Capó, amigo”
- Damos la enhorabuena a Juan Antonio Urbano por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “A Bernat Capó, amigo”, el jueves 13 de octubre de 2016.
martes, 4 de octubre de 2016
Felicitamos a Paqui López por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Arco iris”
Damos la enhorabuena a Paqui López por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Arco iris”, el jueves 29 de septiembre de 2016.
EL ARCOÍRIS
PAQUI LÓPEZ
Pitt, Inocencio y Napoleón salieron del bosque muy contentos, y pronto fueron en busca de una nueva experiencia. Caminaban despacio por un estrecho sendero, cuando empezó a caer una fina lluvia, que recibieron con agrado. Era una buena ocasión para refrescar y limpiar sus cuerpos del polvo del camino. Sin embargo a Pitt le molestaba que el agua mojara sus pequeñas plumas, por ese motivo se resguardo debajo de Napoleón.
Cuando cesó la lluvia, Inocencio y Napoleón se sintieron limpios y ligeros. Asimismo, Pitt disfrutó mucho del agradable olor a tierra mojada. Se encontraban en ese estado de, relajación y paz, ¡cuando! vieron una bóveda de colores en el espacio. Era el arcoíris.
Se acercaron lentamente hacia aquel increíble y hermoso rayo de diferentes colores. Mientras caminaban jugaban a repartirlos: ¿quien quería el rojo? Pitt, pedía el amarillo y el verde era para Napoleón. Tanto se acercaron al arcoíris que, sin apenas darse cuenta, se encontraron al otro lado.
Napoleón, mirando a lo lejos, pudo ver que se acercaba un caballo- por fin, alguien de su especie- . Al acercarse más vieron que se trataba de un precioso caballo blanco, con un singular cuerno, en el centro de la cabeza. Ellos no lo sabían, pero estaban ante un unicornio. No podían dejar de mirar aquel animal tan bello que aparecía de un mundo irreal al que habían llegado por casualidad.
Cuando el bonito caballo estuvo más cerca, les dijo: «Bienvenidos, hacía mucho tiempo que nadie traspasaba los siete colores. Esto es un paraíso, pero mi familia y yo a veces nos sentimos muy solos. Espero que tarde mucho tiempo en llover y no salga el arcoíris para disfrutar más de vuestra compañía».
Nuestros amigos, sin saber qué decir, asintieron con la cabeza y Pitt, pío y pío, revoloteando por encima del precioso animal.
Caminaron un buen trecho por la arena de la playa, hasta llegar, a una gran explanada de tierra firme, donde había más “unicornios”.
-venid, dijo el improvisado amigo. Os presento a mi familia: mi compañera y mis dos hijos-.
Los potrillos, no podían ser más bonitos y la hembra era tan hermosa como ya su conocida pareja.
Pasaron los días, y nuestros amigos, que compartían lo cotidiano con los unicornios, formaban un pintoresco grupo en el que todos se encontraban contentos. Pero Pitt añoraba su país y su vida anterior, donde los pájaros piaban y trinaban como él. En el lugar donde se encontraban apenas había árboles. Solo crecían palmeras, altas y esbeltas, donde no anidaban los pájaros de su especie.
Inocencio andaba también algo melancólico cuando, levantando su morro, miro hacia el cielo, vio unas nubes muy negras que presagiaban tormenta y llamó con entusiasmo a sus amigos, que acudieron rápido. Sin embargo, poco después las nubes se disiparon y de nuevo salió el sol.
La vida en aquel lugar era muy placentera, pero echaban de menos sus vidas anteriores, empezaban a encontrarse, algo tristes.
Un día Pitt descubrió con sorpresa que había salido el arcoíris, pero, cosa rara allí, ¡no había llovido! Ese arcoíris estaba demasiado lejos. Los unicornios se reunieron a conversar y viendo que sus nuevos y queridos amigos querían volver a sus vidas anteriores, les dijeron:
-«No os preocupéis, aunque el arcoíris está muy lejos, subid a nuestros lomos y nosotros os llevaremos a gran velocidad».
Así lo hicieron. Tan rápidos corrían, para llegar a tiempo, que parecían caballos voladores.
Una vez al pie del arcoíris, al despedirse, todos se pusieron muy tristes. Sabían que no volverían a verse nunca más. Todo era muy curioso: cuatro razas diferentes, lo bien que habían podido convivir y ser felices durante largo tiempo.
http://www.laverdad.es/alicante/culturas/201609/29/arcoiris-20160929012743-v.html
lunes, 26 de septiembre de 2016
Felicitamos a Rocío Espinosa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Derechos humanos”
- Damos la enhorabuena a Rocío Espinosa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Derechos humanos”, el domingo 25 de septiembre de 2016.
miércoles, 21 de septiembre de 2016
Felicitamos a Fernando Gessa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El viaje de mi vida”.
- Damos la enhorabuena a Fernando Gessa por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El viaje de mi vida”, el pasado sábado 17 de septiembre de 2016.
martes, 13 de septiembre de 2016
LA VOZ DE ESPEJO DE ALICANTE: MARÍA TERESA RODRÍGUEZ CABRERA (su artículo “Letras y palabras brotan”)
- Damos la enhorabuena a María Teresa Rodríguez por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Letras y palabras brotan”, el pasado miércoles 7 de septiembre de 2016.
LA VOZ DE ESPEJO DE ALICANTE: MARÍA TERESA RODRÍGUEZ CABRERA
http://www.laverdad.es/alicante/culturas/201609/07/letras-palabras-brotan-20160907014103-v.html
Quiero escribir y no sé por dónde empezar. Los contenidos brotan del
corazón por medio de la mente hasta llegar al papel que, bien material o
virtual, recupera las palabras que van saliendo de su interior
ignorando en realidad de dónde emergen ni cuál es su objetivo final.
Todo sucede muy rápido, sin apenas darme cuenta. Las ideas pugnan por
salir. Se abren las puertas del alma para que el torrente lleno de
letras, cadenciosas y perfectas, salga, uniéndose, formando y creando
máximas que seguro tienen su mensaje más allá de la diversidad; los
signos saltan alborotados en busca los unos de los otros para enlazarse y
encontrar sentido en esa frase que componen cuando se van cogiendo de
las manos y construyendo oraciones, párrafos o estrofas, con algún
sentido literario.
Escribo casi sin estar al tanto de lo que viene a continuación, pero
con esmero, esperando que la siguiente palabra surja desde el origen y
vea la luz al salir a la superficie en forma de historia para completar
un interesante escrito.
Así es la inspiración, sin aspavientos ni pretensiones, dócil y
humilde, aflorando libre de su escondite donde reside y del que hace su
aparición en momentos concretos cuando se la llama o sencillamente ella
cree que su presencia es necesaria. Entonces, le damos la bienvenida y
pedimos nos acompañe en la narración que a continuación vamos a
describir.
Es lo mismo que decir de las letras que van en busca de las palabras y
estas a su vez de las oraciones que evolucionarán en frases para formar
parte de un original y completo texto.
Y, ¿qué expresará? ¿Qué nos revelará? El resultado está todavía por
venir, pero es indudable que ese contenido aporta información de un
mundo mágico y desconocido, quizás infundida por una musa que aguardaba
su turno o por alguien que quiere que en la Tierra se evolucione en
consciencia, enviando mensajes cargados de armonía y belleza para que su
lectura estimule la felicidad.
martes, 6 de septiembre de 2016
Damos la enhorabuena a Juan Antonio Urbano por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El coleccionista de veranos”
Damos la enhorabuena a Juan Antonio Urbano por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El coleccionista de veranos”, el pasado viernes 2 de septiembre de 2016.
Felicitamos a Consuelo Giner por su publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El milagro del arte: La belleza”
Felicitamos a Consuelo Giner por su incorporación al Conservatorio
Superior de Música “Óscar Esplá” como Catedrática de Historia y Estética
de la Música, desde el 1 de Septiembre de 2016.
Igualmente, por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El milagro del arte: La belleza”, el pasado jueves 25 de agosto de 2016.
Igualmente, por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El milagro del arte: La belleza”, el pasado jueves 25 de agosto de 2016.
sábado, 23 de julio de 2016
Felicitamos a Alicia Victoria Merino por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Pepico el cabrero”
Felicitamos a Alicia Victoria Merino por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “Pepico el cabrero”, el pasado viernes 15 de julio de 2016.
Felicitamos a José A. Charques por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El verano, Alicante y las musas”
La participación de EDA en el periódico de la Verdad, continúa y os adjuntamos las dos últimas publicaciones:
Felicitamos a José A. Charques por la publicación en el diario La Verdad de Alicante de su artículo “El verano, Alicante y las musas”, el pasado viernes 8 de julio de 2016.
lunes, 4 de julio de 2016
Felicitamos a Fermín Serrano: por la publicación de “Promoción del arte y los artistas”, en el diario La Verdad
Felicitamos a Fermín Serrano: por la publicación de “Promoción del arte y los artistas”, en el diario La Verdad
martes, 28 de junio de 2016
Felicitamos a Juan Antonio Urbano por la publicación de “El jaco”, en el diario La Verdad
Felicitamos a Juan Antonio Urbano por la publicación de “El jaco”, en el diario La Verdad del 24-6-2016.
lunes, 6 de junio de 2016
Felicitamos a nuestra socia Maravillas Cano, por la publicación en La Verdad, titulado “La primavera la sangre altera”.
- Felicitamos a nuestra socia Maravillas Cano, por la publicación en La Verdad, el pasado miércoles, 1 de junio, titulado “La primavera la sangre altera”.
martes, 31 de mayo de 2016
Felicitamos a nuestra socia Araceli Pérez Navas, por la publicación en La Verdad, titulado “Impresiones de Cordoba”
- Felicitamos a nuestra socia Araceli Pérez Navas, por la publicación en La Verdad, el pasado sábado, 26 de Mayo, titulado “Impresiones de Cordoba”.
jueves, 19 de mayo de 2016
Felicitamos a Paqui López, por la publicación en La Verdad, “Ocurrió en el bosque”, una nueva aventura con moraleja
Igualmente a Paqui López, por la publicación en La Verdad, el pasado viernes, 13 de “Ocurrió en el bosque”, una nueva aventura con moraleja de los ya familiares tres amiguitos; Pitti, Inocencio y Napoleón.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)